último día sin perro

Llevamos aquí cuatro días y no me termino de acostumbrar a los horarios de comida. aunque yo siempre tengo hambre, se me hace muy raro hartarme de perritos calientes a las 12 de la mañana, o cenar murlos de pollo a las 5 de la tarde. Ya que estamos con las comidas, esta mañana hemos desayunado un bizcocho de abena o bueno, pasta de bizcocho mejor porque estaba como triturada y un panecillo en forma de donust con crema de queso para huntar. El almuerzo lo hemos hecho en unos merenderos al sol y ha consistido en perritos calientes, (yo me he comido tres), ensalada de patatas muy rara y una bolsa de papas fritas. Como la comida no sabe a nada, teníamos salsas de todo tipo para aderezar. Con los perritos he echado de menos un trago de cocacola que es lo que le pega a este "alimento". Lo más español que he comido hoy ha sido el condimento para las patatas de paquete, que era una salsa muy parecida al alioli. Dentro de poco voy a empezar a echar de menos la comida española.

Hoy es el día que hemos tenido más horas muertas, no sé si por eso he estado un poco más tenso a la hora de trabajar. Por la mañana, nos hemos reunido en mi habitación para que Dave nos explicara como había que hacer para sacar al perro a hacer sus necesidades y echarle la comida. En el jardín que da a la habitación, hemos hecho un simulacro de como recoger las basurillas del aparato exretor para tirarlas a la papelera en una bolsa; ésto lo hemos hecho con pelotas de goma, pero solo de imaginarme el olor, me ha costado un poco de trabajo. Eso y las latas estas de comida que le damos a la honey me repugnan pero bueno, son cosas a las que me tendré que acostumbrar, sobre todo a lo primero. Después de este ejercicio, nos metimos bueno, me metí en la habitación para darle más realismo al asunto, pues hicimos una especie de simulacro de incendio. Mis compañeros se quedaron fuera fumando, y cuando escucharon la llamada salieron corriendo, algunos con cigarro en mano. Yo en cambio, aproveché para sentarme y relajarme un poco cuando mejor estaba, escuché el aviso por el intercomunicador y como según mi profesor de radio del año pasado tengo madera de actor, salí corriendo gritando fuego. El capítulo subrrealista termina con otra gran historia acaecida por la tarde en un rato de hora muerta en el pueblo de rochester, cuando uno de los americanos que también ha venido a por su perro, se puso a chapurrear español con Alan, a quién agotó mentalmente pues estuvieron conversando también en inglés y el pobre, no domina mucho el acento de Virginia. Este personajillo que no sabemos como se llama, es genio y figura, lo más suave que dijo delante de evelin que había visto porno lésbico en un canal español o que le gustaban las mujeres con seis pezones y todo, sin venir a cuento.

Por la tarde hemos ido al pueblo de rochester para entrenar con nuestro perro invisible. El circuito de hoy ha sido más largo y complicado, no menos bonito. Con nuestro Yuno particular hemos visto hasta ardillas subiendo a los árboles. El ejercicio me ha costado un poco, pues me he puesto tenso y una de las veces el perro en forma de instructor empezó a tirarme para cazar a una ardilla y iba tan en mis cosas que me quedé en blanco, no sabía como corregirlo. Pese a los nervios, saco algo positivo de esta experiencia, esto de ir con perro o supuesto perro, te ayuda mucho a conocerte más a ti mismo y a corregir graves defectos de la orient
ación y la movilidad en fin, la cosa está en eso pero bueno, siempre está más que
bien el poder llegar al fondo de uno. Los nervios no desaparecen, al revés, crecen no dejo de pensar en como serán las cosas a partir de mañana, si lo haré bien, si estresaré al pobre perro... en definitiva, a partir de mañana tenemos que buscar todos los que estamos aquí una mentalidad positiva para no transmitir al nuevo amigo nuestra inseguridad pues los primeros días de convivencia son vitales para la relación que habrá en el futuro. Seguro que lo conseguiremos, los cuatro españoles y nuestra intérprete formamos un buen equipo en el que tenemos dos instructores, el gran jefe Dave y el maestro Joaquín, que al recibir su cuarto perro y ser una persona inteligente y paciente nos está sirviendo de más ayuda. Mañana, ya podré contaros ccomo han sido las primeras horas con un perro de verdad.