Aventuras en un día de aburrimiento

Ayer tocó nuevamente día de descanso, los domingos como ya dije, son días tontos aquí y allí. Como el frío da sueño, aproveché después del desayuno para acostarme de nuevo y dormir un rato con la radio de fondo; estuve trasteando con el transistor regalado por mis compañeros de clase en la Onda Corta y entre ruidos encontré una emisora que hablaba en español, al parecer era Radio Habana cuba o alguna de estas, pues estaban hablando del aniversario de la Revolución castrista y ponían décima cubana, la música esta que tiene una melodía y un ritmo igual para todas las canciones pero que la letra es improvisada en el momento. Tusitala que hace mucho que no escribe por aquí podría hablar más de ese tema. Madre mía, 50 años de gobierno de fidel Castro y todavía hay gente que se atreve a decir que eso no es una dictadura.

El resto de la mañana la quemé hablando un rato por el skype y jugando con dodger en unos cercados que hay aquí junto a las habitaciones, camino de la pista de prácticas. en estos cuadrados, hay un juguete de goma, que Dodger en cuanto lo vio lo cogió y no había quién se lo quitara, hacía mucho frío, pero los dos entramos en calor corriendo de un lado a otro persiguiéndonos. le vino muy bien ese ratito de juego, pues ya el resto del día estuvo más tranquilo, incluso con ganas de cachondeo con Uri, Logan y ivori. A Diego la familia que crió a su perra el primer año le han regalado muchas cosas, entre otras un juguete de goma forrado que cuando me lo enseñó, Dodger se levantó corriendo para cogerlo; Ivori, viendo las intenciones, pegó un salto que casi me llega al pecho para pararle los piés a mi perro.

Tras el almuerzo, consistente de nuevo en hamburguesa esta vez la típica con su lechuguita y demás, nos fuimos de compras al cool. Yo al final solo compré unos vaqueros, que era la idea que llevaba desde un principio. para esta salida, fuimos con las voluntarias Ana, Patricia y Arancha que se comportaron muy bien con nosotros; destaco a ana, que estuvo con alan y conmigo en todo momento muy atenta como siempre. Sigo aún impresionado con la furgoneta en la que fuimos, aquello parecía una limusina y aunque había poca separación entre los asientos, en cada fila cabían cuatro personas por lo menos. La chófer era una mujer americana que no nos dijo nada en todo el viaje. Desde que llegamos hasta la cena, lo pasé hablando por skype con parte de la gente con la que esperaba haberlo hecho por la mañana, a ver si la semana que viene hay un consenso y podemos juntarnos unos cuantos en una multiconferencia, aunque creo que también va a estar difícil, pues hemos quedado otra vez con las voluntarias para salir de 1 a 3 de la tarde después del almuerzo y yo pensaba que ya lo tenía todo comprado, pero aún me faltan cosas para llevarle a mi madre.

El resto de la tarde, lo quemamos en la pista de prácticas, llevando a nuestros perros cogidos del arnés por ese circuito que es todo un laberinto, sabes por donde empiezas, pero tiene tantas encrucijadas de caminos que acabas donde menos te imaginas. Dodger hizo el cruce simulado con semáforos regular, se ve que como vio que no había tráfico y también iba Logan, pasó un poco del tema de marcar bordillos y demás. Cuando llegamos a la puerta que junto a nuestras habitaciones conduce al aparcamiento donde cogemos los autobuses, decidimos entrar para resguardarnos del frío, coger la guitarra que al fin el seis pezones había devuelto a la sala del piano y reirnos un poco de Fito y su música repetitiva con letras algunas muy buenas. Tras el parck time de las 8, montamos una pequeña merendola improvisada en la mesa que está junto al aparcamiento. las viandas que degustamos fueron una carne seca de distintos sabores traída por Joaquín que puede pasar perfectamente por fuet, salchichas o jamón, cacahuetes, galletas con queso por dentro que sacó Alan de la máquina y para regar estos alimentos tan nutritivos, la rica pipsicola americana de sabor similar a la española. los perros algo picotearon, con la carne seca de vaca les entró hambre, pero tuvieron que conformarse con restillos de cacahuete que calleron al suelo; lo suyo sería que no hubieran podido picar nada. Anoche caí rendido en la cama y ahora a punto de irnos, todavía tengo algo de sueño, o como diría Diego, tontería, pero no me gusta faltar a mi cita con vosotros que sé que sois muchos y esperáis día a día estas impresiones de mi experiencia americana. por cierto, en el capítulo de saludos mencionamos hoy a César Puente, un lector que según me dijeron ayer, visita este blog a diario y si lo hace, será porque le gusta mucho. Ahora nos vamos a Rochester creo, a hacer otra rutita y por la tarde, os anticipo que vamos a Detroit, no sé si al barrio griego.