miércoles, 20 de mayo de 2009

caminando bajo el sol

Dejamos la historia en el día de ayer, que se prolongó más de lo habitual. A las 8 y media, tras una sesión de cepillado y la correspondiente salida a la grabilla para que los perros se liberasen de la basura interna, nos fuimos al pueblo para hacer una rutita de noche. El clima invitaba a estar en la calle y observar las costumbres de las gentes de aquí por cierto, la globalización ha hecho muchísimo daño a Estados Unidos, pues también podemos ver radios con coche incorporado de esas que hacen vibrar el suelo desde muy lejos, o los cristales de tu carro si vas circulando; la mayoría llevan rap y cosas así, pero ayer vi una que llevaba amigos míos ¡redgaheto! sería un PR (puertorriqueño en inglés coloquial americano) o de esa zona del Caribe, el caso es que cuando lo escuché ya casi regresando a lo que yo llamo campamento base, punto de llegada y destino de las rutas, bajé la marcha y casi me llevo un bordillo por delante pues no daba crédito. Supongo que ésto es cosa de la inmigración y Univisión, con su sábado gigante y su miss belleza latina, se merece un castigo gordo en el que también participe Telemundo pues veo que esos canales dirigidos a los hispanos de Estados Unidos, meten mucho ese género musical machista cutre que lo único que me causa es risa por lo patético que es. Como ejemplo, os diré que el lunes o el domingo, no recuerdo muy bien, me pareció ver en Univisión un concierto del Dady Yanqui o el Héctor y Tito ese, o quizá eran vídeos pues no me paré mucho tiempo. la ruta se desarrolló muy bien, con Dodger muy despacito al principio y luego con ganas de ir corriendo para variar, daba gusto ir caminando por las tranquilas calles cuadriculadas de Rochester, pues el aire traía un rico olor a flores. Sólo fuimos seis a trabajar de noche: los cuatro españoles y dos americanos. El trabajo extra terminó a las 10 y media; poco después, estábamos todos en los brazos de Morfeo recargando energía para hoy.

Por la mañana, hemos desayunado una pizza extraña con puré de patata en lugar del tomate y la Mozarella clásica, rematada con bacon. venía acompañada por uvas, algo que no hace más que afianzar la idea de que estos americanos son muy raros para el tema de la comida. Como dave hoy tiene día libre, que sgún nos dijo anoche lo iba a emplear arreglando su casa y jugando al golf, hemos tenido cierta cancha para las rutas matinales. Ha sido una larga, que en la mitad ha tenido una parada en la cafeteria situada entre la calle A y la 5, justo en la esquina. El lugar recuerda mucho a los cafés de indias y demás establecimientos de ese tipo que hay en España: entrada con suelo enmoquetado, olor a café típico americano y sillas de madera. Si pides un café te ponen un vaso de plástico ancho de por lo menos medio litro, con algo que parece es agua sucia pasada por un colador; al menos, eso es la impresión que me dio cuando se lo pusieron a Diego. Yo prefería compartir una cocacola por Alan, pues le pusieron una botella de medio litro como las que hay en españa pero un poco más ancha y con el dibujo de abajo distinto y le quedaba más de la mitad cuando llegué. Como teníamos libertad, al salir del bar prolongamos un poquito la ruta hasta la Calle segunda, girando por ésta hasta la B para llegar al campamento base. Allí esperamos un rato al sol y sombra, mientras nuestros perros dormitaban; se ve que al pobre Dodger no le sientan bien las altas temperaturas. A las 11 hemos vuelto a casa y a esperar el almuerzo, consistente hoy en una ensalada extraña con carne y trocitos de nachos de la que me he comido y claro está he repetido de poyo, de postre un bizcocho muy rico por arriba pero con una masa intragable y un par de fresas y un trozo de manzana recubierta de chocolate. Tengo que confesar que cada vez me gusta más la salsa esta típica mexicana, hoy me he puesto las botas mojando doritos.

Por la tarde hemos ido de nuevo a Detroit, con un instructor que ha sustituido a Dave en su día libre y que conducía igual de nervioso. Aquí también se dejaba notar el sol, quizá hacía más calor debido a la intensa contaminación de esta gran ciudad llena de edificios impresionantes pero muy poco limpia. Conocimos otro rascacielos de una compañía automovilística, esta vez de la General Motors; aquí entramos a la planta baja donde había expuestos un par de coches de la marca Cámaro. Nos hicimos algunas fotillos para no olvidarnos de la experiencia. En la ruta también practicamos en ese edificio el tema de las orrorosas puertas giratorias y las escaleras mecánicas. Al salir, dimos un paseo por la orilla del río que lleva el nombre de esta ciudad y que la separa de Canadá. El circuito fue más largo de lo habitual, pues cuando ya creíamos estar cerca del autobús el instructor de guardia nos empezó a indicar que tomásemos direcciones que nos hacían dar grandes rodeos, hasta que al final descubrimos que estaba buscando un lugar para entrar al baño. Estas vueltas hicieron que nos retrasásemos y llegásemos a la escuela poco antes de las 5, justo para parquear y dar de comer a nuestros perros. la cena no ha sido gran cosa, una chuleta que sabía a carne de bar rebenía, un poco de arroz y para variar unas verduritas. De postre, un puré de manzana que apenas he probado. Menos mal que tenemos toda la tarde libre pues este calor nos ha cansado mucho a dodger hy a mi, así que me pondré a mirar la convocatoria de prácticas de mi facultad a ver que ofertas interesantes encuentro y si me entra hambre, para adaptarme mejor a este país, me compraré unapepsi y unas palomitas que engañarán a mi estómago.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

soy javi, como se llamaba el instructor ese de guardia? saludos.

Jorge dijo...

Creo que era kin o algo así, no es conocido, pues está con los sordos normalmente. ayer es que vino a sustituir a dave por la tarde, porque por la mañana estuvimos casi por libre y al pueblo nos llevó otro hombre.