sábado, 7 de marzo de 2009

Homenaje a un héroe

Hoy me tomo la licencia, de transcribiros una noticia publicada en la Edición Digital de Diario de Sevilla, firmada por Noelia Márquez y que por mis circunstancias personales, me ha llegado al corazón. Leyendo estas cosas siempre pienso lo mismo, nos achantamos por tonterías, hay gente a la que las cosas le van mucho peory cuando la vida se eempeña en darles la espalda, ellos no cesan de hacerle cosquillitas para recordar que están ahí y que si pueden, quieren. Estas líneas, van dedicadas a José Vázquez, sigan leyendo y sabrán por qué.

La victoria de José a un cáncer terminal

Al salir por última vez del quirófano, José Vázquez cambió de vida y de trabajo · Afrontar un tumor de forma activa y disciplinada, día a día, es "una garantía
de éxito"

Noelia Márquez | Actualizado 07.03.2009

"Afrontar el cáncer de forma activa es una garantía de éxito. Derrumbarse y lamentarse, un mal presagio. La hoja de ruta contra la enfermedad hay que seguirla
día a día, con disciplina, información y sin especular sobre el futuro". Quien así habla es José Vázquez, un superviviente a uno de los tumores más raros
y letales, el sarcoma de tejidos blandos. Tras vencer esta grave enfermedad, José Vázquez se convirtió en un precursor de la investigación y la ciencia
contra el cáncer.

Hace seis años un tumor en el pie colocó a José ante la puerta de la muerte. No se derrumbó y emprendió una lucha de la que salió victorioso. "Me prometí
a mí mismo que si sobrevivía, aportaría lo que pudiera a la ciencia". El cáncer cambió su vida. Dejó su trabajo en una empresa pública andaluza y comenzó
una nueva andadura en el Consejo Europeo del Cerebro y en el Centro de Biología Molecular Cebimo. Para este sevillano de origen gallego el cáncer es "un
viejo amigo" al que nunca perdonará.

José jamás olvidará una fecha, el 12 de septiembre de 2003, cuando comenzó un doloroso camino contra un tumor maligno muy agresivo. Acudió al médico por
un bulto en el pie del que se percató dos años atrás. Los resultados de las pruebas le provocaron un shock. El cáncer se encontraba en un estado muy avanzado,
con metástasis en los pulmones. "Cuando te dan una noticia así sientes miedo, desorientación. Lo consideras injusto". Todo el "mundo tiene derecho a una
minidepresión cuando le diagnostican cáncer, pero esta situación depresiva sólo dura tres días. Hay que seguir adelante y plantar cara a la enfermedad",
comenta.

Tenía 32 años y acababa de conocer a su novia, Marie Lebreton, hoy su mujer, cuando anunciaron a José que se encontraba en un callejón sin salida. "Cada
día la metástasis crecía 1 milímetro". Con el profundo dolor que provocó esta noticia en su entorno, las primeras palabras que Marie dirigió a José: "Estaré
contigo hasta el final". Comenzó así una sinuosa travesía contra un pronóstico fatal. "Muchos amigos que conocí en el hospital se quedaron en el camino",
comenta con cariño en sus palabras al recordar sus continuas estancias en la planta de Oncología del Hospital Virgen del Rocío.

Uno de los momentos más duros, cuando los médicos le comunicaron que la quimioterapia provoca esterilidad. "Sólo pensé que no podría dejar nada en esta
vida, que no podría ser padre", recuerda. "Dejé esperma en el banco del Hospital para que mi mujer pudiera tener un hijo mío, si moría". Un momento terrible.
Y contra todo pronóstico la vida se abrió camino en estas circunstancias tan dramáticas. Marie se quedó embarazada y el pequeño Antonio nació felizmente
el 21 de agosto de 2004. Casi un milagro.

Antonio es el nombre de su hijo por "Antonio Carrión, el médico al que le debo la vida", señala este padre de familia. Un año y cuatro operaciones. "Me
eliminaron la metástasis en los pulmones, pero después la enfermedad volvió a aparecer". El tumor primario seguía activo. José afrontó una difícil tesitura:
amputarse la pierna para eliminar el cáncer. "Mejor con una pierna que muerto con dos". Se operó. Pero la enfermedad reapareció en los pulmones. De nuevo,
una mala noticia. Pero otra vez, entró en quirófano y eliminaron de nuevo el cáncer propagado en los pulmones. La fuerza de José, los tratamientos y el
amor por la vida fueron más fuertes que el cáncer. Desde la última operación han pasado ya cinco años. José y su familia han ganado esta batalla.

3 comentarios:

sevillana dijo...

Conmovedora historia la de José y a la vez llena de alegría por su recuperación, por esa lucha del día a día contra el cancer, ese mal que no sabe de sexo ni de edad.
Saludos

Jorge dijo...

¡Hola!:
Tanto me convomió esta historia, que cuando la leí no fui capaz de darle mi propio toque personal. Aquí vemos la importancia de una sonrrisa en nuestro día a día, lo malo que es el pesimismo, un vicio que puede traer consecuencias fatales.
Mi madre siempre dice, y creo que no le falta razón que las personas que lo ven todo negro y piensan mal de todo, luego no tienen tanta suerte en la vida.
cáncer y depresión son las grandes enfermedades del siglo XXI, todos tenemos a alguien cercano que pasa o ha pasado por alguna de las dos lacras que nos azotan.

Anónimo dijo...

Lo cierto es que sí querido amigo, esta historia me ha conmovido, no por nada, sino por la historia que te deja los pelos de punta y es tan escalofriante porque a la vez que la vas leyendo, te vas imaginando no solo a ese hombre ni a esa novia convertida en mujer unos años después, sino a esa criaturita nacida tiempo después, sino también a esa familia a todo momento con su apollo, pero ahí me pregunto yo. ¿Estuvieron todas las personas que comenzaron sabiendo todo esto a su lado?