jueves, 19 de marzo de 2009

El tiempo, ese bien tan preciado y escaso

Desde el domingo pasado no escribía por aquí, pero reconforta que hables con algún lector habitual de estas páginas y te pregunte "¿iyo y el blog que pasa"?. Es señal de que hay alguien detrás que acude a diario o casi, para leer lo que por aquí plasmo. Esta semana está viniendo cargada de sorpresas muy agradables y reconfortantes, y otras no tanto, aunque con las últimas, intentaremos hacerle un pulso a la memoria, a veces demasiado prodigiosa para olvidar las manchitas desagradables que surgen por error en nuestro camino haciéndonos dar un tropiezo, y quedarnos con lo bueno.

Estábamos hablando del tiempo creo, ese bien tan preciado del que Michael Ende habla en un libro que está clasificado como infantil pero en realidad es para adultos llamado Momo, o la historia de la niña que devolvió el tiempo a los hombres. Digo que es para mayores, o jóvenes que tienen a sus espaldas muchas horas de lectura, porque yo comprendí el gran mensaje que tiene en una segunda o tercera lectura, allá por mi año de curso escoba, a raíz de un regalo a nuestro comentarista estrella Tusitala que el pobre, no pasa en estos días por un buen momento personal. Y hablando de Momo y del tiempo, esta semana de mediados de marzo parece que los hombres grises han venido a apropiarse de mis momentos de relax, en esos que te paras un poco a analizar las situaciones que pasan ante ti a una velocidad de vértigo. Conforme pasan los años, las jornadas intensas van aumentando, pasando de tener 12 a 15 o 16 como la del pasado lunes.

Hablamos muchas veces de la falta de tiempo, y que si se quiere, hay tiempo para todo, eso no es verdad, pues cada cosa tiene su momento, por ejemplo, después de una jornada agotadora, es muy difícil que tengas ganas de meterte en un gimnasio a mover el esqueleto y así ponerte un poco mas atractivo, o que tu mente esté preparada para saborear un buen libro como se merece. Antes quizá me quejaba más por la falta de este bien tan preciado del que hoy hablamos pero ahora, he llegado a la conclusión de que tenemos que tomar las cosas tal y como vengan pues de todo se saca algo bueno si sabemos disfrutarlo, hasta de los extresantes trabajos de facultad como el de Periodismo de Investigación que traemos entre manos, o aquél de Relaciones Internacionales sobre los Estados Unidos de norteamérica que ya quedó tan lejos. En definitiva, no me olvido de este blog que tantas satisfacciones me está dando, intentaré en la medida de lo posible actualizarlo siempre que el reloj me conceda una tregua, para pensar en voz alta, ejercitar mi mente, mi redacción escrita y así de paso, compartirla con los lectores que por aquí asoman que son la razón de ser de este rinconcito de internet.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues sí querido jorge, en estos días en los que a mí tanto me sobra el tiempo por motivos de salud como bien conoces te das cuenta que cuando estás de acá para allá todo el día liado con tus cosas no valoras ese trocito del día en el que te pones a leer un rato, a escuchar el programa de radio que tanto te gusta o el ratillo que echas en el msn con los colegas a los qe tal vez no puedes ver en meses por circunstancias de cada uno.... por eso creo que hay que aprovechar el momento que cada uno tengamos
sin otro particular
¡un bratxo! jejejeje

Jorge dijo...

¡hombre un comentario por aquí!. ¡Muchas gracias!. jeje, hablando de tiempo, se me avezinan unos meses de no parar parriba y pabajo con tanto viaje, ya tengo los billetes de Asturias de ida y de vuelta, al final el lunes regreso para marchar el miércoles en el ave para Praga con escala en madrid.