martes, 3 de marzo de 2009

Euros para la radio de todos

Hoy vamos a hablar de radio, un tema que tenía abandonado desde hace un tiempo, pues bastante matraca os dí si aguantásteis el experimento de casi cuatro meses que hice con este blog para la asignatura del señor Manfredi, gran profesor de la Facultad de Comunicación. Leo ayer en Super Radio, web enlazada a la derecha de este blog el siguiente titular: "Radio Nacional de España pone en marcha la campaña "Súbete a Radio Nacional". En la nota de prensa, extraída de la web de RTVE, se nos cuenta que la radio pública entregará dos coches diarios, y una ayuda de 12000€ para pagar la hipoteca, algo similar a lo que ya hicieron el año pasado para promocionar la emisora.

¿Realmente es esta una función que debe desempeñar Radio Nacional?. ¿No sería más correcto emplear esos fondos en promocionar como Servicio Público otras actividades culturales del país?. ¿Cuánto dinero habrán invertido en esta campaña?. Pensemos no sólo en el gasto de los coches ni en los 12000€, detrás de todo ésto, hay mucho marketing: hay que pagar las líneas de tarificación especial, los servicios de mensajes de texto, los presentadores de la tele que salen dando los premios entre anuncio y anuncio... y no sé cuantas cosas más. Si esto lo hiciera la COPE o Punto Radio, pues bueno, son cadenas privadas que pueden hacer siempre que sus socios tengan fondos lo que les venga en gana, pero creo, que este tipo de actividades, desencajan en una radio pública.

Mientras tantto, con tal de darle una nueva imagen más juvenil a Radio nacional, se han jubilado a grandes profesionales como Javier Segade, Fermín Bocos, Juan Manuel Gozalo o Fernando Argenta, que ahora en la que fue su casa durante muchos años son casi como extraños, participa en directo en el programa de Pepa Fernández, que dicho sea de paso, es uno de los pocos que quedan de radio de culto y di que echas de menos los clásicos populares, ya verás lo rápido que te cambian de tema o te cortan. Qué razón llevaba Ramón Reig cuando mencionaba indirectamente los afectos matinales del Jordi Tuñón, programa ideal paraescuchar de vez en cuando y reirte con las tonterías que dice este catalán aprendiz de lacio, eso sí, no es recomendable escucharlo si se comparte cama pues puedes despertar a quién comparta la otra mitad de colchón con las voces que pega durante las dos horas. En ese tramo de 4 a 6 de la mañana es donde vemos más claro dónde ha terminado Radio Nacional, en una radio pública que quiere igualarse a las privadas, sin importarle a los directivos la función que tiene que desempeñar para que todo el país esté representado. Creo que se puede rejuvenecer este medio de comunicación, sin tener que renunciar a clásicos de su parrilla y si no, recordemos el ombligo de la luna, o el tranvía de Olga, dos grandes programas que convivían con clásicos como Radiogaceta, o las mañanas de Julio César Iglesias. Lo mismo digo para Radio 3 o Radio Clásica, aunque aquí no me extiendo porque esas emisoras por su temática ya no las controlo tanto. En definitiva, se busca la audiencia como si de la SER o Radio Marca se tratara pero eso en un medio público, al no existir publicidad no debe tener tanta importancia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido totalmente contigo en criticar el gasto que debe de estar haciendo Radio Nacional en esta campaña de propaganda que comentas. Esta tarde precisamente, en uno de esos cortes publicitarios que hacen para dar sus regalos, han conectado en directo desde La Uno con el magacín de Toni Garrido que, por cierto, estaba entrevistando a Soraya, la cantante que representará a España (y, no lo olvidemos, a Televisión Española) en el Festival de Eurovisión. Todo queda en casa, promoción dentro de promoción: la tele promociona a la radio, que a su vez promociona a la cantante que ahora interesa que todo el mundo conozca y, con ella, de nuevo se promociona a la tele, y así cerramos el círculo. Por tanto, llevas toda la razón y una emisora pública no debería gastarse dinero en campañas como ésa, porque en teoría tienen problemas económicos, ¿no?, de ahí lo de las prejubilaciones, así que tanto despilfarro es un insulto para quien ha tenido que abandonar la Casa con menos de 50 años.
Por otro lado, sabes que siempre he sido muy crítico con las prejubilaciones, afectaron a periodistas hacia los que tenía una gran admiración y un gran cariño por las edades y los momentos que asocio a sus voces. Fueron los casos de Juan Manuel Gozalo, Santiago Peláez, José Miguel Ortega, Fernando Borderías, Miguel Ángel Fernández de Mesa, José María Coto, Miguel Ángel Escamilla (estos dos últimos no sé si fueron prejubilados, la cosa es que desaparecieron de la noche a la mañana) por citar sólo a periodistas de la redacción de deportes. También, por supuesto, Fernando Argenta, Fermín Bocos, Julio César Iglesias o Beatriz Pécker (¡qué emocionante fue su despedida en las ondas!). Todos ellos formaron parte de la banda sonora de mi vida; con ellos aprendí a querer el periodismo (sobre todo, el deportivo), y lo que es más importante, dieron lo mejor de sí mismos (que era mucho)para RNE. Se merecían una despedida por lo menos, un gran homenaje en abierto en las ondas. Qué manía tienen los medios de comunicación de depurar personal y luego taparlo todo para dar la sensación de que nada ha pasado, de que ese desgraciado nunca ha trabajado en ese medio. Tras el despido, silencio absoluto.
Dicho todo esto, reconozco que, pese a todo, aún sigo siendo oyente fiel de Radio Nacional porque todavía creo que tiene mucho que aportar a las ondas. He de reconocer, por ejemplo, que Radiogaceta y Tablero siguen, y los que los presentan ahora, a mi juicio, no lo hacen nada mal y no hacen echar de menos a quienes estaban antes. El ojo crítico es un programa magnífico que aborda la cultura desde una perspectiva moderna y abierta, sus redactores demuestran que un programa cultural no tiene por qué ser aburrido. Juan Ramón Lucas es un buen locutor que conduce bien al menos la parte más informativa de su programa, que es la que puedo escuchar normalmente. Del resto de En días como hoy no puedo opinar porque apenas lo escucho, normalmente estoy en la facultad. Y bueno, Pepa Fernández ya lo has dicho, hace un programa de culto. Tampoco me olvido de las entrevistas de Manuel Ventero en Siluetas, los domingos a las tres, ni de 24 horas, con Rafa Bermejo, que se traba cuando improvisa, y a la tercera vez que le sucede, pone nervioso, pero es cierto que lleva a buenos colaboradores de todas las tendencias en su tertulia y, como le ocurre a Lucas, procura ser neutral y moderado en sus comentarios políticos, cosa que se agradece enormemente cuando se va huyendo de sectarismos de uno u otro signo.
En fin, que todo esto lo digo para intentar lavar un poco la cara de RNE. Son, por supuesto, opiniones personales, que sin duda podéis no compartir, pero es que a esta emisora la considero como parte de mi familia, y no es propaganda barata, y al igual que nos duele que critiquen a familiares nuestros, y si eso ocurre, salimos en su defensa, pues cuando la imagen de RNE sale perjudicada intento salir a defenderla en la medida de lo posible, siempre reconociendo y denunciando los errores cometidos en los últimos años como he hecho antes. En cualquier caso, felicito a Jorge por esta entrada porque sé que a él también le duele la radio pública y con críticas como ésta es como podemos mejorar las situaciones. Está claro que para enmendar un error, primero hay que descubrir dónde está. Si no, es imposible atajarlo.
Un saludo a todos y perdón por la parrafada. Y como ya he dado la enhorabuena a Jorge por su blog varias veces, ahora os felicito a todos los que comentáis por aquí por vuestras anotaciones, siempre interesantes.

tusitala dijo...

Completamente de acuerdo con los dos en todo lo dicho, yo también sigo siendo un oyente de radio nacional porque, a pesar de su autopropaganda continua, creo que está un punto por encima de las demás, sobre todo en informativos. Sí Fernando, a mí también me gusta mucho Rafa Bermejo y disculpo sus fallos porque es un peazo de profesional. Lo prefiero por ejemplo a Francino, que vocaliza muy bien pero lo cuenta todo con el mismo tono, a veces parece un robot. Por cierto os recomiendo vivamente un programa a una hora un poco chunga, el domingo a la una de la madrugada, en radio 1. Se llama la transversal y yo creo que también es un programa de culto, es muy difícil explicaros de qué va.... mejor escuchadlo un día y ya me diréis que os parece. De todas formas de radio saben los periodistas que escriben en este blog más que yo jeje.
lo que está pasando con la radio pública es lo mismo que está pasando con el plan Bolonia y con el mercado laboral, según mi opinión. ¿qué tiene que ver todo esto? pues que desde los años ochenta se nos están imponiendo por narices algunas creencias de los economistas conservadores como si fueran vedades absolutas. A saber:
1. Las empresas y los servicios no son rentalbes hasta que no se privatizan.
2. Cualquier sacrificio que los trabajadores tengan que hacer (emigración, despido fácil, contratos temporales, salarios bajos, etc. etc) se debe aceptar como mal necesario para agilizar el mercado de trabajo y así propiciar que las empresas tengan beneficios, porque los empresarios, al tener riqueza, son los mayores consumidores y mayores creadores de empleo. Los sindicatos son reliquias del siglo pasado, y los trabajadores que no acepten esto están desfasados y son poco competitivos.
3. La cultura y la educación no interesan más que como estímulo y cantera para la creación de nuevos trabajadores subempleados, o becarios. De ahí el plan Bolonia.
4. El estado no debe gastar dinero en asuntos sociales, o debe gastar sólo el necesario para que el consumo no caiga demasiado. Eso sí, debe bajar los impuestos y ayudar a las grandes empresas cuando lo necesiten. Tampoco debe invertir en cultura ni en medios de comunicación, que de eso ya se encarga el mercado.
Y todo el que no piense así está anticuado, va de cabeza al paro o es un comunista peligroso.
He exagerado algo para que se me entienda, pero sólo hay que oír las declaraciones de la patronal estos días, o darse una vuelta por las páginas de ofertas de empleo donde tres millones y medio de parados como yo buceamos todos los días. Incluso he oído a gente pensar que si alguien no es un empresario es porque no quiere y no se ha esforzado lo suficiente.
De verdad prometo en mi próximo comentario ser menos pesimista, pero es que me tiene indignado la poca, poquísima movilización ciudadana que existe en españa ante estos continuos ataques a los derechos de la mayoría. Hasta los partidos de izquierda intentan imitar esta mentalidad, al menos en su forma de hablar. Todas las medidas que he visto contra la crisis han sido ventajas para empresarios y banqueros. Las respeto, pero no son suficientes para los demás. incluso los sindicatos están como apagados, nadie se moviliza, hay 26500 parados en mi ciudad y casi nadie se mueve....
Desde aquí invito a todo el que lea esta entrada, comparta mi ideología o no, que ejerza su espíritu crítico, se movilice y se manifieste, porque en épocas que no son de elecciones es lo único que podemos hacer.