jueves, 30 de abril de 2009

Un pequeño gran regalo

Hoy va a ser un día muy especial, de esos que tardarán en olvidarse. Empezó atípico, pues he ido a la facultad ha intentar terminar algunos trabajos de esos de grupo, que luego te da la sensación de que el profesor va a leer de pasada. Como es normal la facultad de Comunicación de Sevilla estaba desierta, casi que era un edificio fantasma en el que todos sus trabajadores estaban descolocados de sus puestos. La reflexión que me ha acompañado durante las cuatro horas de estancia ha sido "qué mala pata tener que venir un jueves de feria a trabajar" aunque claro está, seguro que si estuviese cerrado me quejaría.

Lo mejor de la mañana y quizá de este día ha sido la gran sorpresa. desde el año pasado, los compañeros del grupillo que compartimos risas y agobios universitarios, tomamos como saludable tradición la de hacer un regalo de cumpleaños acompañado de una tarjeta, donde cada uno escribimos unas líneas, a poder ser emotivas, para que su lectura en un futuro, quizá dentro de unos años nos encoja el corazón. Por cierto ¿de quién surgió esta tradición?, yo creo que fue Fernando quién tuvo la iniciativa, ¡por algo ha sido votado como mejor compañero del grupo 1 de 5º de periodismo por mayoría aplastante!. De guaseo, yo el año pasado me inventé la existencia de mi cumplesanto o segundo cumpleaños, alegando que me interesaba cumplir los años el 23 de abril pues el 19 de agosto todos estábamos de vacaciones.

Con un poco de retraso debido a la incompatibilidad de horarios para quedar, he recibido hoy mi regalo por cierto, una elección muy acertada. para mucha gente no será nada del otro mundo, pero para mi un transistor de estos chicos, a los qe muchos llaman de abuelo, significa mucho. la radio entró en mi vida por un radio casete regalado por mi padre, del que aún me acuerdo como si tuviera delante. Aquél aparatejo de marca cunera como diría mi madre, me hizo dar todas las cintas de cuentos infantiles para pasar en mi cuarto hasta altas horas de la madrugada escuchando lo que salía por esos altavoces si sintonizaba con una frecuencia . desde entonces, la radio siempre ha estado conmigo, de tal forma que donde esté yo siempre habrá una radio, o con quién hablar de este medio de comunicación tan maravilloso que con los años, se ha convertido en algo más que el sonido de mi vida. Ya que estamos, he de confesar y confieso, que de las pocas cosas que echaba de menos en Praga era escuchar algo entendible antes de dormir en mi inseparable transistor que coloqué nada más llegar en la mesilla de noche. Algo similar puede que me ocurra en Estados Unidos. A través de internet con mi inseparable portátil, puedo sintonizar emisoras de aquí, pero no es lo mismo que escuchar la radio después de un ajetreado día, o mientras te das una reconfortante ducha.

El transistor en cuestión regalado por mis compañeros es pequeñito, tiene buen sonido y muchas bandas para trastear pues además de la Onda media y FM, tiene Onda Corta, para escuchar emisoras extranjeras. Sin duda, una buena razón para que este pequeño cacharrito me acompañe en mi viaje dejando aquí el heredado por mi abuela al que le tengo un gran cariño. cuando recibes regalos inesperados como este, te quedas confuso y lo único que eres capaz de decir es que no hacía falta. Hoy no he sentido eso, pues con la mala racha por la que estoy pasando, este detallito de mis compañeros ha sido para mi una inyección de moral muy grande. La saludable tradición de regalarnos ha dejado de tener sorpresa, aunque para mi hoy ha sido como el primer regalo recibido de ellos hace ahora un año y unos días, un libro de Juan Cruz muy bonito, dedicado a su padre y que se titula Ojalá octubre y que claro está, no podéis dejar de leer. Ayer agradecía las visitas y el apoyo a este blog, y hoy, termino agradeciendo a Desi, maría José, Fernando, Julia María del Mar y laura vuestra contribución en mis grandes recuerdos de una etapa que está tocando a su fin. Al volver a casa, la realidad no pintaba todo lo bien que yo quisiera, pero con vuestro regalo en la mano, he podido tener un ánimo con el que hacía días no contaba.

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