miércoles, 25 de febrero de 2009

Un Aniversario olvidado

Parece que el 9 trae buena suerte, pues este es el año de los homenajes. Empezó primero Canal Sur celebrando anticipadamente sus 20 años, luego se unió
la facultad desde la que escribo estas líneas, la Asociación de la Prensa se convirtió en Centenaria, aniversario de Darwing, Antonio Machado... y entre
aniversario y aniversario, el 4 de enero de hace 200 años, un año después de la irrupción de un ejército dirigido por un petit homme con acento de Córcega,
nacía en Coupvray, cerca de París el gran Luis Braille, a quién muchos le agradeceremos por los siglos de los siglos su gran aportación a la educación
de los ciegos en todo el mundo.

Parece que el braille, que es el nombre que tiene el sistema de lectoescritura, que no idioma, para ciegos, está herido de muerte por la informática, elemento que empezó siendo un buen compañero de viaje y ahora un auténtico enemigo. Alguna gente se excusa en que los tiempos cambian, que es muy costoso y que un libro ocupa muchísimo espacio. ¿reflexionan realmente los que dicen eso?. ¿En qué se gana con aprender sólo de oída?. Puedes tener una memoria auditiva acojonante por tanto escuchar libros con voz humana o sintética, incluso, no por esto los ciegos van a poder dejar de escribir un libro, eso sí, el editor de un escritor ciego tendrá doble trabajo, pues al leer en formato sonoro, la ortografía será pésima.

Además, hay libros, como los de poesía, que en sonoro se hacen insufribles. A Lorca o Machado, al menos a mi me gusta darles mi propia entonación, recorrer los versos y las estrofas para así recrearme en los poemas. Un mal lector de poesía, puede destrozar un buen libro. Y que quede claro que no es mi fuerte este tipo de literatura, Juan Ramón, Alberti o los dos poetas citados más arriba, marcaron mi preadolescencia y un poco mi juventud, pero no mi etapa de instituto ni de universidad. ¿Y con este trato desigual que pasará dentro de unos años con los libros en lenguas extranjeras? ¿y con los de ciencia?. Con esta política que se lleva a cabo desde las instituciones competentes, lo único que se está consiguiendo es que la falta de cultura sea cada vez mayor, pues ahora los lectores de toda la vida estamos obligados a obligarnos a leer en braille, si nos dejamos llevar pueden pasar los meses sin recorrer nuestros dedos por un papel grueso con signos en relieve. Tal y como se están haciendo las cosas, dentro de poco, el braille se leerá, pero no se escribirá ¿no es esto alarmante?. Ahora cuando un ciego sale en la tele ya no se le ve leyendo, ahora le dicen que ponga la voz sintética de ordenador a una velocidad lenta para que todos puedan escuchar como se maneja por internet. Reflexionen amigos, que vuestras anotaciones siempre son recogidas con mucho gusto.

7 comentarios:

tusitala dijo...

Se me vienen tantas cosas a la cabeza con esta entrada.... Otro día hablaré de las circunstancias actuales del Braille, pero hoy me apetece más recordar
cómo empezó todo.
Eran las tres de la mañana de una fría noche en el barrio latino de parís. Corría el año 1822, pero eso no parecía importar gran cosa a los habitantes de
una viejísima casa de la calle de san Víctor. Para ser un lugar tan pequeño, aquella lúgubre casona estaba atestada de personas, al menos sesenta o setenta.
Todos dormían a esas horas, hacinados en viejas camas de hierro. Algunos tenían la respiración entrecortada de los enfermos, que el aire húmedo del Sena
que se colaba por las grietas del techo y las paredes no parecía mejorar.
Aquella casona, mezcla de orfanato y escuela, estaba habitada casi exclusivamente por ciegos. Los vecinos del barrio lo sabían porque algún domingo que
otro se les veía salir, atados a una cadena a su profesor para que no se perdieran. Era de lo más gracioso ver la cadena de los ciegos, aunque el evangelio
enseñaba que había que tener lástima y compasión de esos miserables.
 
La mayoría de los ciegos en parís vivían, como en todas partes, de pedir limosna por las calles. Algunos aprendían a tocar algún instrumento musical que
les ayudaba a ganarse la vida. La gente los consideraba con una mezcla de lástima, temor y desprecio. Se les consideraba incapaces de ganarse la vida;
para las personas humanitarias eran pobres infelices, otros los consideraban vagos y maleantes. no era raro ver por la calle a alguien hacer una zancadilla
a un ciego para que tropezara y se cayera. En las familias ricas se ocupaban de ellos, podía suceder por ejemplo que alguna hermana renunciara, o se la
hiciera renunciar, a casarse para cuidarlos toda su vida. por supuesto eran menos inteligentes y eran incapaces de concebir sentimientos tales como el
amor porque, ¿cómo puede uno enamorarse sin ver? ¿cómo puede uno llorar sin lágrimas? ¿cómo puede uno soñar sin imágenes?
 
pero al fundador de la escuela situada en la vieja casona de la calle de san Víctor, el filántropo Valentin Hauy, se le había ocurrido que la falta de
inteligencia que se atribuía a los ciegos se debía a que nadie se había preocupado de educarlos. Hacía treinta años había conseguido fundar la Real Institutción
de Ciegos a la que pertenecía la escuela. Al ggobierno le había parecido bien, al menos se quitaba unos años a los niños de la calle.
El propio Valentin Huy había inventado una manera de enseñar a leer, ya que no a escribir, a los ciegos.
Mandó a hacer unos enormes libros presionando gruesas letras de plomo sobre grandes cartulinas, de tal manera que las letras quedaban impresas. un ciego
podía, recorriendo todo el contorno de las letras con los dedos, llegar a leer unas cuantas palabras por minuto. El procedimiento era complicado, lento
y carísimo. Cada hoja se hacía de dos cartulinas grandes pegadas por el reverso, escritas por una sola cara, y había sólo tres o cuatro palabras por línea,
de manera que una sola obra podía tener muchísimos volúmenes. La forma de leer era tan lenta que frecuentemente los niños olvidaban las palabras anteriores
a la que estaban leyendo. En realidad no servía casi para nada, pero era todo lo que se podía hacer por esos pobres ciegos.
He dicho que todos dormían a esas horas? Bueno, todos no. Había un muchacho de trece años sentado en su cama, con la luz apagada, puesto que no la necesitaba.
En la mano tenía un instrumento punzante, y uun grueso papel sobre las rodillas. procuraba no hacer ruido para no despertar a sus compañeros. ¿qué estaba
haciendo con esos pinchazos? En vacaciones, cuando las gentes de su pueblo, Coupvray, lo veían entregado a su labor, sonreían tristemente. Lo que puede
hacer el aburrimiento.
Pero si algo tenía el pequeño luis era voluntad. Sabía que los ciegos sufrían de una oscuridad mucho peor que la de la luz del día, la de la ignorancia,
la autocmpasión, , la incultura y la miseria. Sabía que era un privilegiado por estudiar en un colegio, a pesar de sus carencias, , que sus padres se
habían sacrificado mucho para ello. Y sabía que las letras en relieve de los videntes no les iban a ayudar en sus ansias por aprender, porque estaban hechas
para los ojos, no para las manos.
Así que se le había ocurrido la idea de crear un alfabeto propio. la idea de escribir en puntos se la dio un militar francés, el señor Barbier, que había
inventado una escritura cifrada, que llamaba escritura nocturna, para que los militares del ejército napoleónico se comunicaran sin necesidad de luz.
Pero el sistema de Braille era distinto. Se componía de seis puntos, ordenados en dos columnas de tres, como una de las mitades de una ficha de dominó.
Con esos seis puntos se podían hacer hasta sesenta y tres combinaciones diferentes. Quería a su colegio como a su casa y sabía que, al menos a sus compañeros,
le ayudaría a estudiar.
Llevado por estos pensamientos se distrajo y el punzón se le cayó de la mano. Un profesor que dormía cerca se despertó y, sacándolo de la habitación de
la oreja para no despertar a los demás, le dio un par de sopapos y le castigó a estar el resto de la noche de pie.
Pero a luis no le importó y sonrió satisfecho, porque justo esa noche se le acababa de ocurrir la clave que necesitaba y acababa de escribir su primer alfabeto
completo. Nuestra particular prehistoria había terminado. Quedaba aún mucho por hacer, pero esa noche finalizaron para siempre las tinieblas para los
ciegos. Y se hizo la luz.

tusitala dijo...

Bueno, ya que estoy.... Voy a hablar también un poco al menos de lo que planteas del futuro del Braille.
Me gustaría que los videntes que lean este blog traten de imaginarse un mundo en el que, en lugar de aprender a leer, todo se les enseñara de manera oral, como en la prehistoria. Bueno como en la prehistoria no, porque habría ordenadores y sistemas de grabación donde, auqellos pocos que supieran leer, dejaran grabados los libros para siempre. Incluso los ordenadores funcionarían con voz en lugar de pantalla, de forma que casi nadie conocería las letras. Es un futuro parecido el que les espera a los ciegos si los que están en contra del Braille consiguen su propósito. Las consecuencias, a mi entender, serían las siguientes:
analfabetismo general. De acuerdo que la gente leería en sistema sonoro, pero eso no es realmente leer, sino escuchar. Cualquier psicólogo os puede decir la importancia que tiene el alfabeto en la educación de un niño, para comprender las formas de representar la realidad, y la creación de los lenguajes simbóicos que todos necesitamos para movernos en un mudno tan complejo.
Falta general de educación: por muy acostumbrada que esté una persona a escuchar libros en el ordenador o en un eproductor cualquiera, no tendría una imagen mental de lo que estaría leyendo ni escribiendo,. Además habría materias como la matemática, la música, las ciencias naturales, la geografía (no vería un mapa en su vida) incluso algunos éneros literarios como la poesía, que se le escaparían. por supuesto no tendría ni idea de ortografía, por lo que no sabría escribir corrrectamente. .
Dependencia de los demás: la institución de controlara la producción de los libros en sistema sonoro se convertiría en poderosísima, y sería inconcebible la existencia de los ciegos sin ella. Además se crearía una diferencia cultural enorme entre aaquellos que pudieran permitirse económicamente aparatos informáticos y los que no, eso sería una catástrofe para los ciegos en los países subdesarrollados. Muchos tendrían que volver a recurrir a su familia y amigos para que les leyeran. Además la imagen que tiene la gente que ve de nosotros sería mucho peor cuando viera que no somos capaces de leer por nosotros mismos.
descenso de la lectura: esta es una opinión personal mía. Creo que el atractivo de leer no sería el mismo, entre otras cosas porque un libro es en sí mismo un objeto de arte, y la lectura sin un libro es menos completa. Además los ciegos podrían dejar de desempeñar muchas pprofesiones, como por ejemplo la enseñanza, sin poder tomar notas para utilizar en sus clases.
Realmente es tan costoso el braille? Cualquier persona con un portátil y una impresora braille podría imprimir lo que quisiera. Es verdad que las impresoras son caras, pero quizá con mayor demanda se abaratarían.
Bueno siento haber escrito tanto, es que estoy preparando una conferencia sobre el raille y hoy llevo todo el día pensando en el tema.... a lo mejor lo que acabo de escribir lo utilizo jeje. . un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Hola!
Comparto plenamente las reflexiones vertidas por mi amigo Tusitala, especialmente en su segundo post. Nunca se me olvidará lo muchísimo que me costó acostumbrarme a "oír" (porque tal y como él dice no es leer sino oír) libros hablados. Aún hoy, seguro que todos recordamos alguno que tuvimos que dejar porque nos obligó a ello la mala lectura que de él hacía la persona encargada de grabarlo, ¿verdad que sí?
Estoy de acuerdo en lo que Tusitala escribe respecto a un abaratamiento de los costes de las impresoras. Lo mismo es de desear para los displays braille que se utilizan en los ordenadores vía USB, y que, por ejemplo, nos son de tanta utilidad a aquellos que un día nos dedicamos a la radio o que aún queremos seguir trabajando en ella. En este sentido, sigo siendo partidario, si no se opta por abaratar los costes, de que se permita por lo menos un pago a plazos o se concedan créditos a interés bajo o incluso nulo para permitir la compra de este material. Pero..., ¿qué coño digo? ¿En qué mundo vivo? Si ni tan siquiera tienen el detalle de enviarle los libros en braille, siempre tan grandes, voluminosos y pesados, al domicilio a gente con problemas de movilidad, ¿cómo van a pensar en eso?
Y por último, a la lista de materias que no se podrían estudiar que él expone, yo añado las filologías: es imposible estudiar a fondo una lengua si no conocemos su ortografía y no sabemos escribirla correctamente. ¿Os imagináis lo que puede ser estudiar francés sin conocer la escritura de las palabras, con la de acentos que tiene esa lengua entre graves, agudos y circunflejos?
En fin, ahí dejo esto para que siga la reflexión.
Un saludo.

tusitala dijo...

Muchas gracias Alberto! Tienes toda la razón. Simplemente aclarar que en mi primer comentario me he dejado llevar un poco por la imaginación literaria.... Sobre todo respecto a las fechas. Ha sido un pequeño despiste involuntario. He consultado después la biografía de Braille y he visto que entre 1821 -es decir, a sus doce años-, y 1825 tuvo lugar el periodo de experimentación, entre 1825 y 1829 la creación del primer Braille, que todavía utilizaba para algunos de sus signos rayas en vez de puntos, y entre 1829 y 1837 el perfeccionamiento, con la eliminación de las rayas, la creación de los primeros signos de puntuación, algunos signos matemáticos, la primera estenografía y el lenguaje musical. Con todo este rollo quiero decir simplemente que Braille no inventó sus sistema de un día para otro como mi primer comentario parece sugerir.
Respecto a la segunda cuestión, el futuro del Braille, cómo es el display? Nunca lo había oído.... Simplemente añadir, ¡y ya dejo hablar a otros! jeje, que la ONCE parece haberse tomado cierto interés en la celebración del bicentenario por lo que he leído en su web. Esperemos que no se reduzca a enviar mensajes sobre el Braille en sus cupones y otras actividades para promocionarse a sí misma. La mentalidad empresarial está muy bien, pero la rentabilidad no lo es todo en la vida. Sobre todo cuando se trata de una organización de carácter social.
Y aquí lo dejo, que me estoy metiendo en camisa de once varas....
Un saludo.

Jorge dijo...

Bueno, después de todo lo dicho por aquí... poco me queda que añadir. ah bueno, un display es una línea Braille, las hay de 20 creo 40 y 80 caracteres. en esa línea salen impresos en braille lo que vemos en la pantalla. Esto es el futuro aunque valen caras y no es suficiente, pues si yo leo con mi display pero no escribo en formato braille... algo falla.
¿Y qué pasará con el estudio del griego bastante costoso ya por sí?. Es una lengua muerta me dirá alguno de ciencias pero amigo, esa muerta ha contribuido y sigue contribuyendo en las vivas. Además, muchos términos científicos vienen del griego.
Ah... las impresoras braille... podrían existir unas máquinas mucho mejores que los palomiteros que tenemos actualmente, con una velocidad de impresión de página por minuto, al estilo de la primitiva impresora de inyección de tinta que tenían hasta no hace mucho en correos de Alcosa. pero claro, no interesa como somos pocos, vale muy caro y es mejor vender cupones a toda costa hasta en gasolineras de carretera mediante máquinas expendedoras, para llenar los bolsillos de unos cuantos.

Jorge dijo...

Estaba por aquí leyendo cosillas y me ha venido una reflexión ¿leer a los grandes teorizadores del pensamiento como Kant, Freud o Platón no es un poco difícil hacerlo en sonoro?. En sus obras encontramos teorías, reflexiones que si las escuchamos no se presta la misma atención que si las lees y paladeas. Tened en cuenta que he leído poco de ensayo y filosofía.

Anónimo dijo...

¡Hola!
Tusitala, tal y como ha comentado Jorge, los displays son líneas braille. Probablemente tú recuerdes aquellas Eco-Braille que había en las aulas de informática del Mosquete, donde tú y yo estudiamos, muy tochas, pesadas e incómodas de transportar. Pero lo cierto es que en esta materia se ha avanzado muchísimo, y hoy en día se hacen unas líneas muy cómodas de transportar, que no pesan nada y se pueden llevar colgadas del cuello en su funda, o en un bolso de mano, y que se conectan a un PC por USB, alimentándose de la máquina a la que estén conectadas. Yo tuve una así en mi estancia en la Radio Gallega cuando cambié mis adaptaciones de estudio a trabajo.
El problema es el ya comentado: son muy caras y hasta para que te presten una hay que ser pesao y tener suerte.

Jorge, comparto contigo al 100% lo que comentabas de los ensayos. El último ensayo que recuerdo haber leído en sistema sonoro creo que fue "Primer amor", de Espido Freire; aunque logré acabarlo, me aburrió bastante. También en este mismo formato leí "Telebasura y democracia", de Gustavo Bueno, y tres cuartos de lo mismo. Esto me hace concluir que los ensayos, al profundizar muy mucho en una determinada materia, deben leerse despacio y analizarse con detenimiento, algo para lo que el sistema sonoro ayuda poco. En Braille, sin duda, te enteras mejor de todo porque lo vas leyendo a tu gusto.
Un saludo para todos.