martes, 8 de diciembre de 2009

Una pequeña gran razón

Esta noche tampoco puedo dormir y es de esas noches, en las que te cansas de leer, de escuchar nada interesante en la radio, de dar vueltas en la cama y en definitiva…. De pensar y pensar para llegar al mismo punto. Quizá podría hacer otras cosas más interesantes, como ponerme a ver una película que tengo varias pendientes pero mi mente, no me deja.

En una madrugada como esta, pienso en mi realidad que no es precisamente, la que muchos quisieran tener: en el pasado, en lo que fue, en grandes momentos vividos y en el futuro próximo y el presente simple inmediato, culpable de este deseo de volver a aquellos momentos vividos en paz, en los que los únicos problemas eran simples estupideces, que para mi eran auténticos sucesos irreparables. Lo pienso y me dan ganas de arrepentirme de todo el sufrimiento para nada, de las energías mal gastadas, las malas caras por nada, las taquicardias tontas o las cabezonerías por estupideces. Pero el ese sentimiento sólo quedan en ganas pues no sirve de nada, ya que no hay retorno. Quisiera volver a vivir tiempos como aquellos, sabiendo como dice un buen amigo, lo que sé ahora de este caminar. Por desgracia, lo de ahora si que es un problema y de los gordos, que se complica. Casi 4 años lleva acompañándonos y conforme pasa el tiempo, en vez de abandonarnos, nos coge cariño y por más que le decimos a base de radioterapia y demás tratamientos que no es bien recibido, ahí sigue minando una vida, por puro capricho, sin importarle los sentimientos de los demás. Después de esta recaída, pensábamos que la partida estaría una vez ganada pero seamos realistas. Esta vez, amigo intruso que tan presente estás en estos tiempos que corren, con tus trampas y artimañas, estás haciendo más pupita.

A cuenta de todo esto, siento a veces ganas de salir, de abandonarlo todo pero puedo decir con fortuna, que al menos, tengo una pequeña razón para seguir en el día a día. Ese motivo, eres tu amiga mía, que hace un año entraste en nuestras vidas sin apenas dientes, haciendo travesuras mordiendo y comiéndote todo lo que caía en el suelo. Ahora, ya eres un poquito más grande aunque sigues teniendo la misma mente infantil de siempre. Tus saltos, tus carreras y tu rabo de rata moviéndose al verme entrar por la puerta, son una razón más que suficiente para decirme que pase lo que pase, juntos somos felices y siempre vas a estar ahí, esperando sólo mi presencia. Y yo, se que estando tu conmigo, mejor o peor, si el intruso gana su batalla seguiremos adelante sólos, porque tu no sabrías vivir sin ninguno de los 2 que hemos sido tu familia desde que tenías 40 días y también, porque me ayudarás a hacer más llevaderos esos momentos tan duros teniendo la mente distraída, pues tu, sabes bien sin decir palabra, como darme el resto de razones para seguir adelante sin tirar la toalla como los cobardes.

7 comentarios:

Joan dijo...

Amigo Jorge, La vida a veces nos da esas auténticas puñaladas que te dejan prácticamente aturdido y sin a penas energías para poder seguir adelante. Situaciones como la que comentas es durísimo pasarlas, tanto por la persona que recibe el tratamiento como para la gente que está a su alrededor. Tuve la suerte de hacer las prácticas del master que hice en psicología clínnica en el hospital de Calella con gente en condiciones como la que has expuesto, lo que me permitió conocer muy de cerca como se vivía todo el proceso.
Afortunadamente, siempre hay motivos en la vida que nos ayudan a seguir a pesar de las adversidades: animales de compañía, gente que nos rodea y valora, etc etc.
Un abrazo.

Pastora dijo...

Hola Jorge soy Pastora de Almonte te conocí en Villablog y de vez en cuando entro en tu cuaderno y me "alimento" de lo que escribes siempre tan sincero y desde el corazón. Ánimo, yo puedo decirte que soy creyente y practicante y que me apoyo mucho en Dios, Él es mi fuerza, confio que siempre tengas una mano amiga. Te dejo una frase de un Anónimo por si te ayuda "siempre hay mil soles en el reverso de las nubes", te acompaño Pas

Timore dijo...

Amigo Jorge,
Leyendo este post y después de hablar contigo ayer, me entran ganas de llorar sólo de verte así. Pero si quiero desearte que los ánimos estén a flor de piel, yo como amigo tuyo no puedo estar tampoco bajo de éstos. No sé qué decirte más pero quiero que sepas que pase lo que pase nunca vas a estar solo, aquí me tendrás a mi como amigo de siempre y a mi familia que sabes que siempre te acoge con los brazos abiertos.

No dudes en buscar a un amigo cuando sabes que éste siempre estará para ponerte su hombro para que puedas desahogarte en él.

Es mi frase y espero que la tomes cuando quieras ya que me considero tu amigo y yo te considero uno de los mejores que tengo.

Tu amigo Fran

Fernando dijo...

Jorge, en comentarios como los de arriba tienes más pequeñas razones para seguir adelante y continuar en la lucha. Los buenos amigos están también para los momentos malos, y afortunadamente, no te faltan los buenos amigos, esos que no te van a dejar solo ahora. Acuérdate de ellos también en estos momentos tan amargantes, y piensas que cuando necesites desahogarte, sólo tienes que descolgar el teléfono de alguno de ellos. Lamentablemente, no se puede decir mucho más porque ante las enfermedades nos sentimos impotentes, sólo queda esperar a ver cómo evoluciona todo y no olvidar las batallas ganadas anteriormente. ¿Si se ganaron aquellas, por qué no se puede ganar una más? El tiempo nos dará la respuesta. Un abrazo y siento mucho que las cosas estén saliendo así.

Jorge dijo...

Estimados todos, muchas gracias por dejar vuestros comentarios siempre fundamentales y aún más, cuando las fuerzas flaquean. En momentos como éstos, una pequeña razón se une a otra, a otra y a otra y al final encontramos una gran razón para seguir adelante. Afortunadamente, tenéis unos ombros anchos y eso hace que pueda apoyarme en vosotros ahora que la estabilidad flaquea. Un abrazo y adelante, seguid dejando vuestra huella por aquí que eso hace crezca un poco más cada día este rincón.

Iván (Bote Neutral) dijo...

Gracias Jorge, no sabía de tu blog, me ha encantado, te lo digo de corazón que hayas leido mi blog. Para mí es un placer tenerte como lector. Enlazo tu blog, gracias. Me ha conmovido tu artículo.

Silvia y Gema dijo...

Hola:
Es cierto que muchas veces la vida nos pone a prueba, pero también es cierto que nos tienes a tus amigos para cuando flaquees o simplemente para cuando te hagamos falta.
En mi caso particular, aunque sea en la distancia sabes que estoy.
Estoy totalmente de acuerdo contigo: estos bichillos de cuatro patas son también los que están ahí a tu lado sin compromiso alguno, cuando estamos tristes nos acompañan, cuando estamos festejando celebran con nosotros, cuando tenemos imsomnio no duermen como nosotros, y un largo etc. Sin duda, son una poderosa razón para seguir.
Un abrazo fuerte y ánimo.