martes, 3 de noviembre de 2009

Un mes sin Dodger

El domingo se cumplió un mes de la marcha de Dodger. Hasta ahora no me había puesto escribir aquí sobre ello, pues las veces que lo había intentado siempre me había quedado en el camino, afectado por una crisis de emociones encontradas, que me impedían terminar. La última vez que lo intenté, fue la semana pasada y un apagón me impidió mandar el artículo cuando ya estaba prácticamente terminado.

Dodger se ha marchado casi sin hacer ruido por aquí, sin decir nada, todo lo contrario a su llegada, que fueron las páginas más leídas de este blog en todo su tiempo de vida. Como se suele decir más vale tarde que nunca, escribo estas líneas a modo de homenage y hasta siempre. La decisión de devolver a Dodger a la fundación ONCE del perro Guía, ama de él una vez aterrizamos en España fue algo que se meditó allá por septiembre pero que no tardó mucho en estar claro. Todo estuvo motivado por diversos factores entre los que están los problemas de aceptación familiar y la falta de adaptación por mi parte a una nueva forma de ir por la calle que puede tener muchas ventajas, pero a la que yo veía muchos inconvenientes; principalmente, falta de libertad personal. Más que independencia, las rutinas me agobiaban y hacían que saliera a la calle menos de lo normal, evitando incluso alguna de mis típicas escapadas de puente o fin de semana.

Al convivir 24 horas juntos, el tomar la decisión me entristeció enormemente, pues es algo que aunque no tardé mucho, no fue fácil. Ese estado de ánimo, se lo transmití a él haciendo que su trabajo no fuera tan preciso como al principio. A veces, íbamos por la calle y sólo le faltaba decirme de viva voz “¿te pasa algo? “¿por qué no me lo dices”?; “de verdad no entiendo por qué estás así conmigo”. Los trámites de la devolución fueron rápidos pero no fácil, un jueves por la mañana, llamé a la Fundación ONCE del Perro Guía para comentarles mi caso. Allí, me pidieron un informe que debía mandar a través de mi Delegación Territorial de la ONCE, donde explicase brevemente los motivos de su retorno. Una vez lo cursé y envié como me dijeron, al miércoles siguiente recibí una llamada de la Escuela donde me informaban que al día siguiente recibiría una jaula por MRW donde lo enviaría de vuelta a Madrid y llegaría al día siguiente. Esto, quizá fue lo más duro. Al no haber nadie en casa, tuvimos que ir por la tarde a la franquicia de la Agencia de Transportes para introducir a mi pobre amigo en aquél cajón. Al saber que pronto marcharía pero no cuando exactamente, le transmití también la incertidumbre y aquella tarde, movió su rabo con alegría, después de varios días, antes de salir de casa por última vez, pensando que nos íbamos de paseo todos juntos sin la peque.

Al llegar a la oficina, su cara cambió y los rostros de mi madre y mío dejaron caer alguna lagrimita cuando nos dijeron que pasásemos a la trastienda para meterlo en aquella cosa llamada jaula. Al segundo intento quedó dentro y todos, incluidos los trabajadores de la mensajería que dejaron su tarea nos quedamos mirándonos sin saber que decir ni que hacer. Tras este palo tan duro, llegó otro que se hizo eterno consistente en rellenar los datos del envío. Se hizo más largo aún, porque delante nuestra había una mujer cumplimentando los datos para un envío a su padre en Higuera de la Sierra. Al salir de allí, mi madre y yo nos quedamos con un vacío muy grande que no podía ocultarse, en el que flotaba una pregunta “¿y ahora qué”?.

Los primeros días no fueron fáciles, más de una vez busqué bajo mi mesa en la redacción de Punto Radio y miré junto a mi cama, esperando una sacudida o un movimiento de cola en los que se me decía ¿vamos?. Eché de menos algunas rutinas y ventajas pero pronto, me he vuelto a acostumbrar a mi anterior vida, la que yo di por terminada hace 6 meses y a la que no esperaba volver en mucho tiempo.

Si los primeros días me preguntaban por él, conforme ha ido pasando el mes mucha gente que antes me paraba para contarme que su hermana tiene un bodeguero que es muy nervioso y que tienen que tener cuidado con la ropa, o que su cuñado paco tiene un labrador muy parecido a él en la parcela de Torrepalma y que sólo le falta hablar, me pregunta donde lo he dejado. Los primeros días, no me costaba tanto responder. Si su marcha no fue fácil para mi, para los que me rodean tampoco lo ha sido; mi madre estuvo decaída varios días, y mis compañeros y amigos han lamentado mucho su marcha. Hemos estado tan poco tiempo juntos, que muchos no han podido llegarlo a conocer.

Ahora que ya ha pasado el tiempo, puedo decir con seguridad que pese a lo difícil de la decisión, me siento satisfecho de haberla tomado; si el ir con un arnés cogido en tu mano izquierda te aporta muchas ventajas, también yo veía otros inconvenientes que me ocultaban lo bueno y de los que me alegro haberme desprendido. Con mi caso no quiero por nada del mundo ir en contra de los perros guía, pues esto ha sido un caso personal y bueno, era una de las probabilidades que había al hacer un cambio tan drástico. No todo cieguecito que va por la calle tiene por qué tener un perro, pues detrás de un animal de estos tan especial y tan bueno hay mucho trabajo que no todos somos capaces de afrontar, por la responsabilidad que ello conlleva, por el ambiente que tenemos a nuestro alrededor, por el tipo de vida que llevamos, o simplemente, porque no a todo el mundo le gustan los perros. Si mucha gente se planteara seriamente antes de hacerse usuaria de perro guía si está realmente preparada para luchar y concienciar, o si va a ser capaz de asumir esta gran responsabilidad, las listas de espera no serían tan grandes y seguro nos ahorraríamos muchos disgustos al ver perros y usuarios totalmente desacoplados. Por suerte, estos animales son tan especiales, que con sus acciones dejan su reputación muy alta, aunque todavía hay que seguir luchando con fuerza para concienciar a muchos que piensan que el permitir la entrada a un ciego acompañado de un animal tan preciso, supone un auténtico obstáculo para su negocio. Lo único que deseo y espero de él, es que tenga mucha suerte con el nuevo usuario, que ojalá sea alguien que sepa apreciar y ver todo lo que él puede llegar a dar, sin esperar nada a cambio.

13 comentarios:

Rosa Chacón dijo...

Hola: no se q t puedo decir. Te ha tenido que costar mucho esa decisión Yo que tengo ya mi segundo perito y que no me imagino sin un arnés en la mano izquierda, o unas patas encima de mi moviendo su cola, no puedo mas que decirte que ojalá todos los que no están bien con el perrito por lo que sea tuvieran un par como lo has tenido tu y lo devolvieran.
Ahora ojalá que ese angelito tenga un usuario que esté al menos a tu misma altura.

Reyes dijo...

Un abrazo enorme, Jorge.

Jose María Ortiz dijo...

Se que la decisión no habrá sido fácil y que ha tenido que ser dura, pero los cambios de vida a los que te refieres, ya los podrías saber antes de que te dieran al perro, quizás y solo digo quizás, deberías haberlo pensado algo más antes de pedirlo. Como tu mismo dices, esos cambios y esas devoluciones de perros hacen mucho más larga la lista de espera y hacen sufrir al animal. Y que conste que te lo digo si ningún mal rollo, que hay veces que Jaws engaña.

Anónimo dijo...

Si no querías perder esa libertad que dices, no haber pedido un perro. Estoy con José María en que tenías que habertelo pensado mejor. No sabes el trastoque que has podido causarle al perro y a los que sí que esperan tener uno.

Anónimo dijo...

Un perro-guía estará plenamente satisfecho, cuando desarrolla sus destrezas y percibe que son estimadas por su líder.
Creo que, si por cualquier razón de peso, has entendido que esto no iba a ser así, sólo puedo felicitarte por tu entereza y solidaridad, al permitir que otra persona goce con sus servicios.

Otros, en tu caso, preferirían tenerlo como mascota, y despilfarrar con ello una fortuna de habilidades y afectos.

Gracias.

Jorge dijo...

¡Hola!:
gracias a todos por vuestros comentarios. En cuanto a la decisión, el tomarla no ha sido sólo algo personal. En ésto, ha influido y mucho otro asunto de carácter familiar que aquí no viene al caso contar y que estaba interfiriendo bastante en el proceso de adaptación. Quizá, si el ambiente que me rodeaba y me rodea en casa fuera distinto, habría sabido plantarle frente a esas sensaciones de libertad perdida y demás que ya sabía iba a tener antes de volver a España pero que se notaron con fuerza, como ya digo, por estos contratiempos inesperados. A veces hasta que no pruebas una cosa, no sabes realmente si te va a ir bien o no y como ya digo, era una de las provabilidades que había al tomar un cambio tan drástico en la vida.

sevillana dijo...

Al final no lo conocí pero veo por tus palabras que fue la mejor decisión que tomastes en esos momentos.
Espero que todo te vaya muy bien. Besitos

La Maga dijo...

Enhorabuena por tu honestidad y tu valentía. Sé lo difícil que te ha debido resultar. Hay demasiada mitificación sobre el perro guía y falta información y acompañamiento en los primeros meses que es muy necesario. Cuando cuentas como se pasa al meter al perro en esa jaula me has hecho recordar lo que viví hace unos meses, y yo sabía que después de unos días mi perra volvería conmigo, y así y todo fue muy duro.

Anónimo dijo...

Hola. Sinceramente pienso que deberías haberlo pensado antes de ir a Rochester a buscarlo y, de esta forma, odrías haber dado la oportunidad a otras personas que, segurametne lo necesitaran igual que tú, pero que lo tuvieran más claro, a no tener que esperar más lista de espera interminable. Eso sin hablar de lo que el animal habrá tenido que sentir, si ya pasan 3 etapas complicadas, tú le hiciste pasar 4, y no será la última. De todas formas, suerte.

Anónimo dijo...

hola jorge, soy javi, no me e atrevido a llamarte ni siquiera estos días para decirte lo que lo siento, tiene que ser muy muy duro, espero que hallas tomado la mejor decisión y que siempre sea la correcta, por otra parte espero y deséo que esos problemillas familiares se solucionen lo ántes posible, un abrazo campeón y espero vernos pronto

Alfredo dijo...

Hola, Jorge:

He leído ahora tu entrada sobre la marcha de Dodger. Siento que al final tuvieras que devolverlo. David, por ejemplo, se adaptó mucho mejor, pero también ha estado rodeado de un ambiente favorable. Bueno, y esto es ahora. Ya sabrás que tuvo que renunciar al primer perro guía porque le suponía un problema tenerlo en el piso donde vivía cuando estudiaba, y que un año y medio más tarde, Viento le cayó como del cielo, por sorpresa.

Como ves, para que las listas de espera sean más ágiles tenemos que poner todos de nuestra parte: más familias voluntarias para criarlos, ciudadanía en general que no ponga obstáculos, y usuarios mejor informados.

Ánimo. Puede que dentro de un tiempo te encuentres en unas condiciones en las que un perro guía te proporcione más libertad que dependencia, que lo quieres todo, jodío, jaja

Alberto. dijo...

Señores, inmaduros tenemos en todas partes, y aquí, un ejemplo de ellos. Me dan igual las causas familiares, personales, llámalo x, que hallas tenido, esas estaban ya antes de solicitar perro o irte a Rochester. En algunas ocasiones hay que decidir antes de actuar, luego puede ser demasiado tarde.

Anónimo dijo...

Pero mocoso, como ablas tan a la lijera?. Si tu madre estuviese en la fase terminal de un cancer medirias mas tus palabritas. Jorge a demostrado ser mucho mas maduro que tu tomando esa decisión. antes de ablar asi informate.