“Puedo escribir los versos más tristes esta noche”, decía el poeta. La Barceló decía esta mañana que hoy es el día más triste del año. Podría ser para mi un día triste; hoy hace 12 años que murió mi madre. Llevo tatuada esta fecha en la mente, no es para menos. Al despertar como todos los años, he recordado y he mirado hacia atrás y me he sentido orgulloso de mi, por haber sabido tomar la oportunidad que se me presentaba de seguir adelamte. Estaba en mi derecho de quedarme sentado, enfadado con el mundo, lamiendo lágrimas saladitas, y mi mente pidiendo más. Sumido en un círculo vicioso. Pero sin proponérmelo salí. Según un amigo, es un trabajo personal duro y voluntarioso lograr que una ausencia tan grande pase a recordarse con cariño. Ella se fue, pero dejó un buen legado: sus recuerdos, sus enseñanzas, con sus virtudes con sus defectos. Han merecido la pena estos años, merece la pena seguir, por lo conseguido, por lo que seguro lograré. Gracias a ella hoy y todos los días y gracias a la buena gente, familia y amigos por ser y por estar. El lunes pasado decía Julia Otero al abrir su programa, que cuando se toca el infierno, se saborea más la vida. Seguimos adelante, ¿te vienes?.
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